sábado, 13 de marzo de 2010

Qué se entiende por solidaridad

Dado que nuestro tema principal es el riesgo solidario, y ya en un anterior artículo tratamos de esclarecer el concepto del riesgo, ahora es necesario hacerlo con el segundo componente, como es llegar conceptualmente al término solidaridad, en primera instancia lo lógico es recurrir al diccionario de la lengua, que lo define como adhesión circunstancial a la causa de otros, en complemento a solidario como el adherido o asociado a la causa de otro, distinguimos por lo tanto, claramente en tales definiciones al ser humano en el termino “adherido y de otro”, él uno sufre el suceso circunstancial en el tiempo, lugar o modo, entrando el adherido a identificarse con la circunstancia por la que el otro atraviesa, terminando entonces por entender y comprender en un primer escalón de la escalera de la definición integral, que la solidaridad incluye necesariamente la posibilidad de contar con el otro, amigo, compañero, conocido, comunidad local, nacional, internacional, por lo tanto la solidaridad reconoce el hombre social, que así crea que actúa solo, siempre está vinculado a una comunidad, precisamente por ese mismo hecho de ser un ser social, que implica sin ninguna confusión la anuencia de contar con el otro, ahora bien, en el segundo escalón la solidaridad no se puede entender sin la acción de la ayuda, el adherido debe actuar y no quedarse en la simple palmadita de lo “siento mucho”, como en los velorios cuando alguien fallece, llegando hasta ahí la adhesión, hasta la sola manifestación, al final de la escalera la conclusión es que la solidaridad se identifica y compromete con la circunstancia, actuando de primera mano con la ayuda, hechos concretos actuales, los terremotos de Haití y de Chile, donde no solo se lamenta el suceso si no que se solidariza con la situación y se envían diversas ayudas, por los más ricos y los más pobres, cada uno a la medida de sus posibilidades. En segunda instancia, podríamos decir que la solidaridad es vivencial en el trasegar de la vida diaria y que su definición no solo se debe circunscribir a la circunstancia trágica, debe partir más bien de la identificación de la oportunidad y apoyarla, me solidarizo con la oportunidad que tiene el pintor de mostrar sus obras y lo ayudo proporcionándole la galería de exposiciones, me solidarizo con la oportunidad que tiene el joven de educarse y le ayudo proporcionándole el acceso a la escuela, el colegio o la universidad, podríamos citar miles de casos, pero la conclusión siempre será la misma, la solidaridad reconoce la necesidad y brinda los medios para satisfacerla , aquí ya involucramos tres nuevos términos en su definición, afines o complementarios a lo ya esbozado por el diccionario de la lengua, necesidad, medios y satisfacer, para finalizar este especie de marco teórico, sintetizamos la solidaridad como la identificación de una necesidad del otro, adhiriendo a su satisfacción proporcionado los medios requeridos, no siendo en ningún caso este acto exclusivo del movimiento cooperativo, ya que en el mismo estado en su constitución habla de una situación de solidaridad, al enunciar que Colombia es un estado solidario, por su parte en los marcos normativos de nuestro sistema de educación se involucra el término de educación como un proceso solidario.

Muy bien, como la idea es ir esclareciendo los términos que participan en nuestro tema central “riesgo solidario”, es hora de conectar lo solidario con el riesgo, para ello invito a que nos valgamos de lo anotado en anteriores artículos del blog, el riesgo como una señal de alerta a la que se le debe agregar la necesidad que debe ser compartida con los demás, para evitar perjuicios colectivos, comprometiéndose ahí directamente lo solidario, en asocio que la metodología del riesgo apunta a la imperiosa necesidad de contar con la participación del otro, con sus opiniones, conocimientos, experiencias y sobre todo con el compromiso de construir lo que todos deseamos, para que contemos con un socio individual que se colectiviza en la defensa de lo creado, por que se siente parte de ello, debido a su participación directa, se ve en ese gran espejo que refleja la interiorización de lo soñado, cada uno ha aportado una partecita al conjunto, por eso es parte de él y lo defenderá con vehemencia como una función vital de su razón de ser, dar vida, vida a lo idealizado por todos, de otra parte el riesgo visto con el prisma de la oportunidad, no puede darse el lujo de desperdiciar su mayor insumo, el hombre en su etapa lúdica, que da rienda suelta a su creatividad, que en un ambiente solidario, donde reina la tolerancia, el pluralismo y el aperturismo, no deja escapar ninguna manifestación por absurda que parezca, todo lo que sale de la mente del hombre es posible de existir, nada sale de la nada y el hombre es más premonitorio, por su misma esencia de inteligencia creativa, que procesa en nanosegundos millones de imágenes posibles de origen de un suceso que derive en sustancia palpable, para nadie es un secreto que el conocimiento se incuba en ambientes lúdicos con mayor fluidez, por que el hombre en esencia juega, juega a imitar las aves y construye aviones, con el riesgo de estrellarse contra la realidad del impacto en el duro suelo, pero también con la maravillosa posibilidad de lograr el acceso a los confines, que por otro medio sería imposible, el riesgo solidario invita al atrevimiento individual que debe ser colectivizado, bajo esquemas de que todo es posible y lo solidario será creerlo posible, sin avergonzarnos ni avergonzar al atrevido.

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